El problema de la autoridad política : un ensayo sobre el derecho a la coacción por parte del Estado y sobre el deber de la obediencia por parte de los ciudadanos / Michael Huemer; traducido por Javier Serrano
Language: Spanish Original language: English Series: (Ensayo político)Publication details: Barcelona : Deusto , 2019 Description: 693 p. ; 19 cmISBN: 9788423430970Subject(s): Filosofía política | Obediencia (Derecho) | Derechos políticos y civilesAbstract: Con mucha frecuencia se atribuye al Estado una clase de autoridad especial que le permite imponer sus órdenes por medio de amenazas de violencia y que obliga a los ciudadanos a obedecerlas. Este libro sostiene que esa idea es una ilusión moral: nadie posee esa clase de autoridad. Y, por encima de todo, el libro desmonta uno de los pilares sociales que rigen nuestros países: que los gobiernos cuentan con una justificación ética para emprender acciones que ningún particular u organización no estatal podría realizar. Básicamente, presentarse en la puerta de tu casa con una pistola y obligarte a entregar una cantidad arbitraria de dinero si no quieres acabar en la cárcel. ¿Por qué otorgamos al Estado esta condición moral tan diferenciada? ¿Hay algún motivo para actuar así?Item type | Current library | Call number | Status | Date due | Barcode |
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Biblioteca Central del MAEC Depósito | 60451 | Available | 1077220 |
Tít. original: The problem of political authority
Bibliografía (p. 653-693)
Con mucha frecuencia se atribuye al Estado una clase de autoridad especial que le permite imponer sus órdenes por medio de amenazas de violencia y que obliga a los ciudadanos a obedecerlas. Este libro sostiene que esa idea es una ilusión moral: nadie posee esa clase de autoridad.
Y, por encima de todo, el libro desmonta uno de los pilares sociales que rigen nuestros países: que los gobiernos cuentan con una justificación ética para emprender acciones que ningún particular u organización no estatal podría realizar. Básicamente, presentarse en la puerta de tu casa con una pistola y obligarte a entregar una cantidad arbitraria de dinero si no quieres acabar en la cárcel. ¿Por qué otorgamos al Estado esta condición moral tan diferenciada? ¿Hay algún motivo para actuar así?