Enterrad las cadenas : profetas y rebeldes en la lucha por la liberación de los esclavos de un imperio / Adam Hochschild ; traducción de José Luis Gil Aristu
Language: Spanish Original language: English Series: (Atalaya ; 211)Publication details: Barcelona : Península , 2006 Description: 429 p., 16 h. de lám. ; 23 cmISBN: 8483077019Subject(s): Esclavitud | Gran BretañaAbstract: En 1787, doce hombres se reunieron en una imprenta londinense para acometer una tarea aparentemente impracticable: acabar con la esclavitud en el mayor imperio de la Tierra. De paso serían los primeros en aplicar la mayoría de los instrumentos a los que recurren hoy día los ciudadanos activistas, desde los carteles y los envíos masivos de correo hasta los boicots y las chapas de solapa. Este grupo de personas de gran talento aunaba el odio a la injusticia con una rara habilidad para promocionar su causa. Al cabo de cinco años, más de 300.000 británicos se negaban a consumir el principal producto de origen esclavo (el azúcar), la clase elegante de Londres se adornaba con insignias antiesclavistas creadas por Josiah Wedgwood, y la Cámara de los Comunes había aprobado la primera ley que prohibía la trata de esclavos.Item type | Current library | Call number | Status | Date due | Barcode |
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Biblioteca Central del MAEC Depósito | 60156 | Available | 1072441 |
Traducción de: Bury the chains, prophets and rebels in the fight to free an empire's slaves
Bibliografía (p. 402-420)
En 1787, doce hombres se reunieron en una imprenta londinense para acometer una tarea aparentemente impracticable: acabar con la esclavitud en el mayor imperio de la Tierra. De paso serían los primeros en aplicar la mayoría de los instrumentos a los que recurren hoy día los ciudadanos activistas, desde los carteles y los envíos masivos de correo hasta los boicots y las chapas de solapa. Este grupo de personas de gran talento aunaba el odio a la injusticia con una rara habilidad para promocionar su causa. Al cabo de cinco años, más de 300.000 británicos se negaban a consumir el principal producto de origen esclavo (el azúcar), la clase elegante de Londres se adornaba con insignias antiesclavistas creadas por Josiah Wedgwood, y la Cámara de los Comunes había aprobado la primera ley que prohibía la trata de esclavos.